jueves, mayo 05, 2011

En bandolera.


Entre dos espejos
que se me abren como ventanas
escucho el gran escenario del mar
eclipsado entre la luna marchita de esta habitación

Hoy he oído
la injuria perenne de hijos que dejaron la huella indómita
de una herida perdida

Ojos que no pueden discurrir entre realidades
y una mano que aqui siempre estuvo para ellos

Arranqué, no he de negarlo
pero el peso de mis lágrimas
me fue alejando cada día más
al observar cuatro paredes llenas de hipocresías en luto
y otras en fiesta

Rincones multicolores de la madre tierra
manchados por todas aquellas monocromías falsas

Y aqui el pequeño entre su corazón en soledad
y al frente de ellos
¿que más podría haber echo?

La inconfundible sensibilidad de sus ojos de uva
frente a seres sin colores que entre sus propias risas
sólo se veían entre ellos mismos.
era entonces el único camino...

Llora la flor
llora el viento en su monólogo
y arrastra las lágrimas perecederas hacia el pie
de aquel canelo que vio mis ojos
y de la pacha que recogió mis huellas.

Adiós a ellos y ellas
tan sólo quiero que la noche
pueda abrazarme en este momento.
abrázame...abrázame.

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