miércoles, noviembre 29, 2017

El placer de una caminata carmesi

Sentir el tacto fino y exquisito subir por la piel de aquella prenda

Tomar aquella caja con esquelas de colores en polvo 
Primero la sombra para enriquecer unos ojos de felina fiera, luego afinar los contornos para que sea como un suave durazno que se mece en la brisa de la primavera. Luego cubrir la frontera de los rostros con un suave, discreto pero poderosa fuente de color vino. He alli la esencia de los detalles de aquella que abre sus ojos y en el espejo ve a su otro yo presente y vívida. Vívida de emociones y serena de templanza. Aquella cuyo nombre queda oculto pero que la luna ha besado en secreto a sus pies. y simplemente mecer sus largos cabellos luego de afinar cada hebra en su lugar... Ella ahí esta lista.
Pero todo ello comenzó días antes cuando su amiga la acompañó en busca de las prendas ideales para aquella salida. Cada una de ellas tenía que ser escogidas con cuidado. Bastó simplemente ver un sencillo y sutil traje conchebino que llevaba un suave brillo dorado que las invitó a ambas a soñar. Un ser queriendo ser una forma de arte plasmándose en vivo, y por otra parte su compañera en dicha aventura  queriendo plasmar e imprimir dicho arte con la suspicacia seductora de la artista latente que espera su maniquí para pincelarla en colores y tonos de la noche...

( continuará...)