jueves, julio 22, 2010

Yakusoku wa iranai

Creo que en estos momentos el quisiera explotar. Que explotaran sus bosquejos, sus rastros, su mirada y sus ojos. Que dejaran su corazón en algún mar de acuarela desconocida. Porque no hay claro ninguna palabra hoy. Y las palabras de su gente, quedan allí flotando en la nada de un farol azul que reza en silencio...

Imaginó tantas cosas hoy cuando absorto en su viaje silencioso, se dejó llevar por el ritmo de aquella canción. Una sóla noche, enclipsada en el día del desierto... como si fuera un nombre distinto e infinito. Pero el sabía de sus frases, sabía de su voz. Sabía que allí estaba.

Como pequeños gatitos...en aquel paraje verde y gris. La mirada que escribía entre la plegaria de despejar aquellas lágrimas silenciosas y cultivar allí en ese instante una flor...

Pero es mejor callar dice el libro que me muestra este pequeño.
Le pregunté porqué, mientras veía que entre su juego había una mirada nostálgica.
- " por que una vez perdí el tiempo, aquellos momentos en que mi tiempo se detuvo "
- ¿Pero porque quieres detener tu tiempo niño?
-¿ Nunca has sentido el olvido? No quiero perder ese tiempo que para mi fue único.
- Eres tan sólo un niño, y vives la melancolía de un adulto como yo. ¿ porque tendrían que irse aquellos momentos?
- por que no quiero una herida en ellos.

Y he allí que pude entenderlo. Pude entender por completo aquel rezo que llevaba en sí.

- pequeño niño. Aún no has perdido aquellos recuerdos porque aún lo llevas contigo. Las heridas existen siempre al igual que los gestos de ternura. Y si no quieres perder ese tiempo, entonces debes amarlo como es. ¿ No quieres abandonar aquello verdad?

El pequeño volvió a mostrarme una sonrisa.
"Arigatto", fue todo lo que dijo antes de desvanecerse...Sólo recuerdo que vi unas pequeñas violetas en flor...mientras pensaba si todo había sido un sueño o la noche triste de un pequeño niño.